Ya sea cuando finalizamos los estudios secundarios o en cualquier momento de la vida, tomar la decisión de comenzar una carrera universitaria no es una tarea sencilla. Surgen muchas dudas, entre ellas qué carrera elegir. El criterio de elección que tengamos dependerá de nuestros intereses y especialmente de nuestra vocación profesional. Además, un factor que suele ser determinante es el económico. Pueden influir también cuestiones sociales y familiares en dicha decisión.
Cuando decidimos dar este paso y comenzar una carrera universitaria, siempre aparece un común denominador: proyectos. Todos tenemos proyectos, objetivos y metas. Buscamos “algo” y esperamos que la carrera que elegimos pueda colaborar en nuestros deseos y sueños. Muchas veces, esto que buscamos puede ser por nuestra vocación profesional, que nos genera una necesidad por dedicarnos a determinada actividad. Sin embargo, nuestro objetivo puede ser meramente económico, ya que muchas empresas requieren de un título universitario para poder ascender a mejores puestos.
De todas maneras, sea cual sea el motivo, cuando comenzamos una carrera universitaria tenemos en mente proyectos que anhelamos cumplir. Alcanzar las metas que nos propusimos. Cuando estudiamos medicina, nos imaginamos médicos; si estudiamos derecho, nos imaginamos abogados; si estudiamos arquitectura, nos visualizamos construyendo nuestro primer edificio.
Es aconsejable antes de comenzar cualquier carrera, realizar tests de orientación vocacional que pueden ser de gran ayuda para definir correctamente cuál será el camino que recorreremos.